Obras lingüísticas
Léxico hispánico primitivo
El «Léxico hispánico primitivo (siglos VIII al XII): versión primera del “Glosario del primitivo léxico iberorrománico”» ofrece a los filólogos y lingüistas un conjunto ordenado de materiales útiles para el conocimiento del léxico románico de la península ibérica entre los siglos VIII y XII. Constituye, pues, un primer diccionario de las lenguas peninsulares.
Ramón Menéndez Pidal, tras publicar en 1926 Orígenes del español. Estado lingüístico de la península ibérica hasta el siglo xi, dispuso que se preparase un segundo volumen, complementario, que contuviese el glosario de las voces estudiadas en ella. La confección de la obra se debe principalmente a Rafael Lapesa, que desarrolló su trabajo durante dos etapas: la primera entre los años 1927 y 1936, y la segunda, con la colaboración de Constantino García, años más tarde y hasta 1976.
Una buena parte de las coediciones reproduce materiales útiles para el mejor conocimiento de la historia de la lengua española: fuentes documentales para el estudio del romance temprano peninsular, repertorios sobre léxico medieval y áureo, etc.
Además del interés incuestionable que estas obras tienen para el investigador, todas ellas constituyen una valiosa herramienta para los trabajos de la propia Academia, ya que contribuirán a completar las fuentes para la redacción del Nuevo diccionario histórico del español.